10 jun 2021

Crónica de una muerte anunciada. Etapa 1 - Peleando el sueño de correr el Tour

 Léase: 'Background' o contexto y Spoiler

Cuatro miembros de la ya grupeta mítica 'Lions & Brasleeps' afrontaban la planeada hazaña de recorrer en bicicleta 782Km por la provincia de Huelva visitando la mayoría de sus municipios en cuatro días. Contarían con el apoyo logístico de dos miembras del coche escoba, y de dos gregarios de lujo en las etapas primera y última.

Aunque vistan como profesionales -e incluso lo parezcan-, no lo son (pese a que algunos calcen calcetines de Goku de 'Súper Saiyan'). Eso sí, saben cómo posar en las fotos, aunque lo de hacer selfies sin poner el 'deíto' en la camara es harina de otro costal.

SPOILER: Para sorpresa de nadie, no lo consiguieron. Como se auguraba, solo se trataba de narrar otra hazaña fallida, como crónica de una muerta anunciada.


La Crónica:

Salida 05:30 AM (AM es redundante, como la kilometrada que se anticipaba) desde Huelva capital hasta Rosal de la Frontera, mítica tierra de contrabando con el vecino portugués.

Aparcamos junto a lo que intuimos que era un puti (resalto el sustantivo intuición frente a reminiscencia). Soltamos lastre -véase cagar- y cogimos los avíos necesarios para afrontar los más de 3200m de desnivel y 185Km que teníamos por delante.

La sección Rosal - Encinasola fueron todos 'jijis' y 'jajas', mucha ilusión, sueños por cumplir y retos por superar. 62Km de 'manitas al centro y a disfrutar'. Había cierta conversación e incluso fingíamos divertirnos y caernos bien. Hasta este momento gozamos de lo más llano de la primera etapa. Primer tercio superado.

Bailando con la flaca

Afrontamos el puerto de 12km bacheado hacia Cumbres de San Bartolomé en lo que fue la primera ascensión real del día. Sonaban Los Delinqüentes de fondo acallando las conversaciones y las risas previas, atisbando en el horizonte al primer escapado de la jornada al que denominaremos 'Ramos Sequeda' para no revelar su identidad. Murió con los pies por delante.

'Poniéndono' fino a 'bocata' en Cumbres

Aquí sí hay bocata


Atravesamos todos los pueblos llamados 'Cumbres' de Huelva, rumbo a Hinojales con más pena que gloria alcanzando el ecuador de la etapa. Fue en Cumbres Mayores donde nos cruzamos a dos viejas (en Andalucía son viejas y no señoras) que nos indicaron el camino a Hinojales. A lo 'bajini' añadieron algo así como 'hay una cuesta...', comentario que decidimos obviar mientras avanzábamos dando pedales. Sin embargo, el viento no pudo evitar transportar las palabras que sucedieron a 'cuesta' que fueron '... estos jóvenes, parece que lo hacen por gusto'. Por resultar ofensivo, creo que por jóvenes se referían a los 5 allí presentes aquel día, aunque en realidad solo 2 fuesen merecedores de tal mención (es que el look ciclista de casquito y gafas rejuvenece).

Aiiiins las vaquinas qué monicas

Hicimos oídos sordos a sus advertencias y encaramos el desértico panorama que se nos avecinaba. Totalmente expuestos a las inclemencias meteorológicas -llovía puto fuego sobre nosotros- comenzamos a pedalear cada uno a su ritmo en un 'que cada mono se pele su plátano' de manual. Apenas 2.2km al 8% que se sintieron como 100. 'Súper M' y 'A. El Grasas' luchaban por coronar el puerto como primeros de grupo, con el catalán 'R2D2' vigilando de cerca. Servidor 'Carraca Sagan' y Ramos Sequeda se quedaban a menor ritmo guardando fuerzas (porque si fuera por poder...). Kilómetro 99: llegamos a Hinojales.

Lo de Carraca Sagan tiene su explicación. Carraca por el inimitable sonido que este corredor y su bici emiten en la ascensión de cualquier subidita que se aprecie. Lo de Sagan por las innumerables similitudes en cuanto a destreza, elasticidad, técnica, potencia, habilidad, e incluso belleza que servidor no tiene en común con el corredor eslovaco. Pero mola el soniquete: 'Carraca Sagan'. O en su defecto El Fiera o The Beast.

Volvamos. El kilómetro 100 fue un factor psicológico diferencial. No para motivarnos, sino para replantearnos nuestra puta existencia y cagarnos en la puta madre de quien fuera a sabiendas de que aún quedaban 85Km por delante, todo con tendencia hacia arriba. Los 36 grados nos barruntaban entre Cañaveral de León y Arroyomolinos de León, con varios kilómetros de pendiente media entre el 8 y el 10% que no nos ayudaban a encarar el resto con optimismo. Vimos varios tutoriales en la previa que aconsejaban sonreír mientras afrontas un puerto como ayuda en la subida. Le reventaba los dientes uno por uno a la hacedora de susodicho tutorial. Uno por cada puta sonrisa de más. Ni que decir tiene que a estas alturas solo se escuchaban jadeos, donde las conversaciones y el buen tono brillaban por su ausencia. La inercia nos llevó hasta Cala en el Km 130 cuando ya eran las 15 30 de la tarde, con más de 6 horas de sillín en culo, y no al revés.

Decidimos comer. Comer de verdad. Ensaladilla, mucho líquido alcohólico y bucólico, y presa paleta a la brasa (lo de paraditas cortas y comer ligerito nos lo pasamos por el forro). No imaginamos que nos meterían un palo de 21€ por cabeza en aquella aldea recóndita perdida de los fueros de Dios. Turista en tu propia tierra. No teníamos suficiente efectivo. Carraca Sagan dejó el marrón a la grupeta y tiró millas en solitario por temor a no poder llegar. Ramos Sequeda optó por acortar por el embalse de Aracena, mas deseando haberse ahogado con anterioridad en la piscina de Cañaveral.

A puntico de que nos la metan y ya 'metíos' con 'abogaos'


55Km hasta línea de meta. Cada bajadita era gloria bendita. Cala y Santa Olalla quedaron atrás, encadenando tristemente subidita tras subidita del 5% que parecieran del 15, agotando los suministros de agua y levantando la mirada hacia el bonito pueblo de Zufre donde uno podría abastecerse (y subir bastante más cuesta). Decisión óptima: ahorrarse la subida con el riesgo de morir desnutrido. 13Km más hasta Higuera de la Sierra con un culito de agua racionado con una eficiencia cuasi perfecta. Entré al vacío pueblo por su inexistentes puertas buscando un bar abierto que no encontraba. Mi sentido arácnido detectó el movimiento de una reja que se agitaba. Imploré por ese líquido 'matased' que se me brindó hasta en dos ocasiones, y pisoteando mi orgullo supliqué por sobrecitos de azúcar para no apajararme, y que lamí con desesperación.

Hice saber a la grupeta de mi ubicación, sorprendido de que no me hubieran dado alcance, lo cual me animó, pensando que iba como un tiro. La realidad era que habían sufrido varios percances mecánicos en el camino, de ahí su retraso (temporal). Vamos que me creía el puto amo pero la realidad era que estaba en la mierda:

A saber de la procedencia de mis fantasías para con la velocidad, 

si era ver una cuesta abajo y dejarme hacer por la gravedad. 

(Ahí dejó el pareadito ciclista)

Nos reunimos a la salida de Higuera a escasos 19Km del final de la etapa. El catalán  R2D2 estaba ciego, precisando de un lametón de esos sobres de azuquítar que a mí me sentaron tan bien. Tiramos de casta y pundonor, como solo saben hacer los calzonazos de pura cepa (Grupeta Lions & Brasleeps), alcanzando la línea de meta con más de 8 horas y media sobre la bicicleta, con casi 3300m de desnivel positivo y con 185 Km en nuestras piernas. 

El coche escoba recogió nuestros restos en Aracena para transportarlos a Fuenteheridos donde había una piscinica donde soltar piernas y recuperar. Terminamos la etapa como estaba planeada, pero al mismo tiempo aceptamos que cuatro días a ese ritmo era insostenible y que debíamos recortar distancia en las venideras (para decepción de nuestros sponsors y fans). Se escapaba así nuestro sueño de ser llamados por un equipo profesional para disputar el Tour de France que tendrá lugar en el próximo mes de julio. 

Acabé con la testosterona bajo mínimos, y con la certeza de que no respondería con una erección ante alguna tentación en al menos un mes. Luego la noche se hizo larga y compartía habitación con R2D2, pero eso es otra historia para otra publicación que traería cola (erecta o no).

To Be Continued...

'Hasía fresquiviri'

Sobreviviendo al infierno

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