"El hombre y el ratón"

03 15 de la madrugada. "Víctor, no te lo vas a creer. Te tienes que levantar. Hay un ratón en la casa. Está en mi cuarto encerrado."

Esas fueron las palabras con las que mi progenitora me despertó en la noche de ayer. Yo, patidifuso, me puse en pie sin saber muy bien cuál era mi cometido. Yo nunca fui un hombre de mi casa.

Armados con escobas y mochos de fregona entramos en el cuarto a la caza del ratón. El roedor se hallaba escondido bajo el canapé de matrimonio de la "mia mamma". Creo que "La caza de ratón" ha sido el deporte de mayor riesgo que he practicado en mi vida, yo, que en mi tierna infancia jugaba a menudo al ajedrez.

Sirviéndome de mis extremidades inferiores (piernas) empujaba a un lado y a otro la cama para que la presa saliera de su escondite. El momento de mayor tensión fue cuando mi madre, arrinconada en la esquina de la habitación, vio como el ratón se dirigía hacia ella buscando una salida a la par que ella gritaba y saltaba sobre él sin ser capaz de pisarlo.Yo no podía parar de reír.

Cual Bear Grylls en "El Último Superviviente", armado con mi escoba y con mis pies sobre la cama, miraba en derredor vista 360 º , esperando el fallo de mi oponente.

Media hora de reloj transcurrió como si nada, hasta que decidí que la escoba no era el arma adecuada. Necesitaba un arma rápida, eficaz, mortal. Una chancla. Sólo tuve una oportunidad. Rápido como el viento, cuando Mickey se vio arrinconado decidió salir, el cazador, esperaba en silencio. ¡Zas!. Una fuerza de 2 Newton se ciñó sobre el adorable roedor para acabar con su agonía y el sufrimiento de mi madre.

Así fue como a chanclazo limpio pude demostrarme a mí mismo y a la humanidad, representada en este caso por mi madre, que era un hombre. Demostré que esta generación de ninis puede enfrentarse a ésta y a cualquier tropa de ratones.

Quizás, por qué no, en un futuro no muy lejano pueda demostrar que soy capaz de arreglar un grifo o cambiar una bombilla.

El final está cerca. Mis pelos del pecho no serán simplemente una fachada.