4 mar 2018

Perdóname Andalucía que vengo tarde

O vísteme despacio que tengo prisa.

Se me hizo de noche en tu calita, 
y te escribo en domingo por miércoles a tu verita.

No me metas bulla, y guarda tu malafollá,
que no se me ha encartado decirte algo bonito hasta bien entrada la madrugá.

Si tú ya me conoces, que con el frío,
 me vuelvo un sieso,
y es que éste me tiene arrecío.

No me seas fullera, que con tu salero me llevas ventaja,  
que yo no sé dormir si no es con siesta,
 y que el gazpacho desde Albión se me repite y me resquebraja. 
Serán los kilómetros y no el ajo, 
pero aquí lejos de ti, sigue haciendo un frío del carajo.

Quilla, y es que la nieve lo ha dejao aquí to engüachinao
y cuento lo días en el almanaque, para así guantar con empaque, 
tu falta de caló, el caló, la caló.

Que se me llena la boca hablando de Andalucía
porque soy mu jartible si se trata de ti,  
incluso hay algún que otro pisha que me llamaría agonías.

No te engaño, que te echo una mijita en falta, 
tus atardeceres de luz y de sal y el revoloteo de tu falda. 
Noniná.

Y no me pises las babuchas, que esta vez no voy descalzo. 
Pa mas inri son blanquiverdes, vaya bastinazo.

No te me hagas de rogar, 
no me seas más pejiguera
recíbeme de vuelta en tu madriguera, 
de la que jamás debí marchar.

Mírame a los acáis y dime con un guiño, 
que puedo seguir siendo tu niño,
 y que aun me guardas cariño
 pese a haberme en un día marchao.

No me importa que la fama de pillo y vago me preceda, 
que yo soy andaluz por bandera, 
que mi acento lo entienda quien quiera, 
y que mi dialecto se convierta en idioma en nuestra próxima primavera.