13 may 2015

Amor Platón-ico

No existe. El amor platónico no existe salvo en tu propia caverna. En ella hay cabida para todo tipo de idealizaciones y pajas mentales. Pero a oscuras, así que mejor no perder mucho tiempo buscándolo.

Ese amor platónico yace ante ti en un entorno lúgubre, donde brilla. Brilla con su sonrisa perfecta, con su rostro perfecto, con su silueta perfecta... ¿O acaso la condición necesaria y suficiente de idea no es la perfección? 

Hace sonar su risa con esa perfecta melodía infantil y dulce que te atrapa y que sólo tú oyes, su  perfecta plática te embelesa con  palabras que sólo tú sabes interpretar, su perfecta mirada te cautiva y te hace preso, ya que sólo tú puedes retenerla para hacerla eterna. Tú, y sólo tú.

Y cuando te acercas a esa luz cegadora para intentar tocarla y hacerla tuya, no sientes nada salvo aire. Como si se tratase de una proyección, ya que sólo es una proyección. Una idealización del ser humano perfecto que nos acompañe en el sendero de nuestra vida, signifique lo que ésta signifique. Por eso nunca funcionará. Porque las personas no pueden amar a las ideas más que a las propias personas.

Por tanto, lo único cierto es que las personas perfectas no existen y, en consecuencia, no pueden ser amadas. Tan sólo existen las taradas. Así que, tan sólo cabe atrapar esa idea de amor platónico y exponerla al Sol para que se descubran sus taras. Una vez expuestas, aceptarlas como tal, ya que posiblemente en ella verás reflejadas las tuyas propias.

Quizás te decepciones al descubrir que esa persona no era perfecta. Quizás te sorprendas al averiguar que tú tampoco lo eres. 

O quizás acabes por encontrar aquello que andabas buscando, o al menos, conociéndote un poco más a ti mismo.

1 comentario: