Hay dos verdades universales que lo son a todas luces, a todas luces para mí, quiero decir.; porque desde la llegada de Ortega y Gasset, el absolutismo se acabó, al menos por Occidente, o eso queremos creer (al menos sí en cuanto al conocimiento se refiere). Ortega sembró las bases del relativismo en el pensamiento moderno y Einstein las extendió a la física con la teoría de la relatividad, su obra más exitosa que bien no le valió un premio Nobel (sí lo hicieron sus estudios sobre el efecto fotoeléctrico). Parafraseando a Antonio Machado - cuyo máximo referente filosófico
fue el propio Ortega- se vislumbra el final de la verdad concebida como término absoluto e
irrebatible : "Tu verdad no, la verdad. Y ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela" .
Atrás dejamos aquellos orígenes de la filosofía en los cuales la búsqueda de la verdad absoluta era su máximo exponente. Sin embargo, con la llegada de Nietzsche (antecesor de Ortega) la filosofía viró
bruscamente, fomentando la corriente naturalista de la época hasta
derivar en la corriente filosófica de la actualidad cuyo epicentro no es otro que
la búsqueda de la felicidad. Atrás quedaron los debates acerca de la
existencia de Dios; el antropocentrismo cobró fuerza para asentar al ser
humano como único referente del pensamiento occidental.
Previa andadura por las ramas de la metafísica mencioné dos verdades universales (propias) al inicio de este texto que no llegué a transcribir y que a mi juicio son indispensables para descubrir aquello que nos hace felices para así filosofar sin filosofar acorde a los tiempos que corren . Son las siguientes:
1. La vida es cuestión de prioridades.
2. El tiempo es oro.
La segunda verdad conduce a la primera. Como el tiempo es finito, y escasea por nuestras infinitas ocupaciones, hay que priorizar aquello que nos llena en nuestra vida para ocuparlo de la mejor manera posible. Por eso es tan importante conocerse a uno mismo, para establecer nuestras propias prioridades y vivir acorde a nuestros deseos. El auto-psicoanálisis se me antoja más que necesario para poder aprovechar el tiempo que la vida nos brinda. Para ser autocríticos y mejorar como personas. La expresión "Conócete a ti mismo"-otorgada a Sócrates aunque realmente el origen de la misma se remonta al siglo VI a.C, hallándose escrita en el templo de Apolo en Delfos- parece reflejar con bastante claridad lo expuesto anteriormente.
Precisamente con el ser humano como referente, y la búsqueda de su felicidad como principal cuestión a resolver, mis dos verdades expuestas anteriormente se hacen fuertes. Parece fundamental priorizar en todos los aspectos de nuestras vidas para hacer patente el Carpe Diem. Tener claras nuestras preferencias es vital, y nosotros mismos debemos ocupar el primer lugar en ellas, y no por ello ser tachados de egoístas. Priorizarnos no quiere decir ser insolidarios o no entregarnos a los demás, priorizarnos significa satisfacer nuestra voluntad, y ésta puede ser cualquiera, desde un paseo en solitario por la orilla del mar hasta regalar nuestros deseos a nuestros afines. Obrando de este modo quizás encontremos ese sendero tan pretendido por todos, que conduce inexorablemente a la tan ansiada felicidad.
Finalmente, releo todo lo escrito, y me angustio buscando el paradero de las llaves de la cohesión y por momentos de la coherencia en este texto. Y súbitamente me pregunto: ¿Acaso importa?
Links, bibliografía:
http://es.wikipedia.org/wiki/Naturalismo_%28filosof%C3%ADa%29
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