Horizonte difuso de nubes altas y medias;
cuesta ver al sol caer.
Gira el mundo, y a la vera del atardecer,
El cielo se precipita, encapotandosé.
Acelero el manijero cayendo la noche,
rota el cosmos; poniendo el broche.
La lúgubre pandemia de la vida rebelandóse,
De aquellas tinieblas, que más jamás nadie esboce.
Vacío de incertidumbres,
Lastres que arrastrar,
Desaparecidos los abrazos,
caída a la oscuridad.
Entre mis sílabas busco compañía,
Sin certeza de qué encontrar,
Anhelando esa cercanía,
Que se ausenta en su soledad.
Las horas siguen pasando,
El alba se encuentra próxima
de ilusiones diferidas
de respuestas que no inspiran.
Y que no sirven para cerrar,
ni para seguir juntando letras.
Sin más remedio debo anunciar
Que la historia continuará...